sábado, 21 de marzo de 2015

Sintra, Portugal




Precioso pueblo al pie de la Sierra del mismo nombre, sus características únicas han hecho que la Unesco, al clasificarla como Patrimonio de la Humanidad en 1995, se viese obligada a crear una categoría específica para el efecto - la de "paisaje cultural" - que de esta forma considera tanto la riqueza natural como el patrimonio construido en el pueblo y en la sierra.
La Sierra de vegetación exuberante, forma parte del Parque Natural Sintra-Cascais.

Sintra ha sido desde los tiempos muy remotos el lugar escogido para el establecimiento de diversos pueblos que pasaron por la Península Ibérica y dejaron aquí marcas de su presencia, muchas de las cuales están expuestas en el Museo Arqueológico de Odrinhas, en los alrededores.

En el siglo XII, el 1º Rey de portugal, D. Alfonso Henríquez conquistó el Castillo de los Moros, y más tarde sus sucesores, sobre los restos de un palacio árabe, construyeron su residnecia de reposo, que hoy es el símbolo del pueblo - el Palacio de la Villa.
Aquí se conservan aún muchas reminiscencias árabes, por ejemplo, los azulejos, los patios, las fuentes, pero su fisonomía está marcada, sin embargo, por las dos enormes chimeneas cónicas construidas en la Edad Media.

Lugar de veraneo muy apreciado por reyes y nobles, y exaltado por escritores y poetas de los que es ejemplo incuestionable Lord Byron que le llamó Eden glorioso, Sintra posee un rico conjunto de chalets y fincas algunas de las cuales ofrecen actualmente alojamiento en las modalidades de Turismo rural o residencial.

Es necesario mencionar también los palacios, como el de la Pena edificado en la época del romanticismo en uno de los picos de la Sierra, o el de Seteais del siglo XVIII, hoy convertido en un elegante hotel, y el de Monserrate célebre por sus bellísimos jardines, que poseen especies exóticas únicas en el país.






El Palacio Nacional de la Peña (Palácio Nacional da Pena) fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y a la vez constituye una de las máximas expresiones del estilo romántico del siglo XIX en Portugal. Se encuentra en la freguesía de Sâo Pedro de Penaferrim en la ciudad de Sintra y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Este palacio asentado sobre grandes peñascos, presenta un mezcla de estilo arquitectónicos totalmente intencionada. Se pueden encontrar elementos que pertenecen al neo-gótico, neo-manuelino, neo-islámico, neo-renacentista y en menor medida a la arquitectura colonial. El motivo de esto es que la mentalidad romántica del siglo XIX está enormemente fascinada por todo lo exótico.





El Palácio da Regaleira es el edificio principal y el nombre más común de la Quinta da Regaleira, también llamado Palácio do Monteiro dos Milhôes (Palacio de Monteiro el de los millones) por el apellido y el apodo de su primer propietario, António Augusto Carvalho Monteiro. El palacio está situado en pleno Centro Histórico de Sintra y está también clasificado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Carvalho Monteiro, ayudado por el arquitecto italiano Luigi Manini, construye en la quinta de cuatro hectáreas un palacio, impresionantes jardines, lagos, grutas y edificios enigmáticos, lugares que esconden significados relacionados con la alquimia, la masonería, los templarios y la rosacruz. Luigi Manini diseña la quinta con construcciones que evocan las arquitecturas románica, gótica, renacentista y manuelina.













Los palacios de Sintra parecen sacados de los libros de cuentos, ¡hay que verlos!
Pocas personas pueden imaginar tanto y realizarlo.

viernes, 20 de marzo de 2015

Lisboa, Portugal





Lisboa es la capital y mayor ciudad de Portugal. Situada en la desembocadura del río Tajo (Tejo), aparte de la capital del país, es también la capital del distrito de Lisboa, de la región de Lisboa, del Área Metropolitana de Lisboa, y es también el principal centro de la subregión de la Gran Lisboa. La ciudad tiene una población aproximada 550.000 habitantes y su área metropolitana se sitúa en los 2.900.000 en una superficie de 2.921,90 Km2. Esta área contiene aprox. el 27 % de la población del país. Lisboa es la ciudad más rica de Portugal, con un PIB per cápita superior a la media europea.







Lisboa está conectada al otro margen del Tajo por dos puentes: el puente 25 de abril, en la parte sur, inaugurado el 6 de agosto de 1966, que une con la población de Almada, y el puente Vasco da Gama inaugurado en mayo de 1998, que conecta el nordeste de la capital (Sacavém) a la ciudad de Montijo. Lisboa se comunica con el exterior a través del Aeropuerto de Portela, el mayor de Portugal situado a 7 kilómetros del centro en la zona nordeste de la ciudad. En la actualidad está en proyecto la cosntrucción de otro aeropuerto en la orilla sur del río Tajo, en Alcochete. El puerto de Lisboa es parada de numerosos cruceros y uno de los principales puertos turísticos europeos. La ciudad acogió, en 1998, la exposición mundial (Expo'98), subordinada al tema de los océanos. La exposición abrió el 22 de mayo de 1998, precisamente el día en que se celebraron los 500 años del descubrimiento de la ruta marítima hacia la India por Vasco da Gama.




Lisboa es uno de los grandes centros culturales europeos. Más antigua que Roma, epicentro de los descubrimientos y capital del imperio desde el siglo XV, la ciudad ha conservado relaciones culturales con las antiguas colonias portuguesas, siendo punto de encuentro de diversas culturas, el primer lugar en el que oriente, las Indias, África y América se encontraron. El eje Alfama-Baixa/Chiado-Bairro alto es un palco para la cultura erudita y para la popular, joven y tradicional. En cualquier noche lisboeta, incluso entre semana, la oferta es variada.








Tras el terremoto de 1755, la Baixa Pombalina fue reconstruida en estilo clásico, pero muchos de los barrios medievales permanecen, con fascinantes tiendas, restaurantes y cafés. La luz excepcional de Lisboa, hechizo de escritores, fotógrafos y cineastas, y la policromía de los azulejos de las fachadas le confieren una atmósfera peculiar. A pie, en tranvía, en barco en un paseo por el Tajo, o incluso en metro, verdadero museo subterráneo de arte contemporáneo portugués, todos los medios son buenos para descubrir la diversidad cultural que Lisboa ofrece.




Elementos destacados en la arquitectura medieval de Lisboa son el Castillo de San Jorge, en la colina más alta del centro de la ciudad; el Barrio de la Alfama que sobrevivió al terremoto de Lisboa; la Catedral de Lisboa y el Convento do Carmo.

De la ciudad de la Era de los descubrimientos se pueden observar en la zona de Belém dos construcciones clasificadas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: el Monasterio de los Jerónimos de estilo manuelino y la Torre de Belém, construcción militar que vigilaba la entrada del Tajo. Antes se encontraba en el centro del río pero ahora está a un lado. La Baixa Pompalina es el corazón de la ciudad, se encuentra sobre las ruinas de la antigua ciudad que destruyó el Terremoto de Lisboa de 1755, su planificación urbana, de calles en cuadrícula y edificios similares se debe al Marqués de Pombal. La Baixa Pompalina es también el mayor distrito comercial de Lisboa, en ella se encuentran la mayoría de monumentos, como el Teatro Nacional Doña María II, la Praça do Comércio y el Rossio. También forman parte del núcleo histórico el Barrio Alto (distrito comercial, de entretenimiento y habitacional), y el Barrio de la Alfama, de estrechas calles (a diferencia del Barrio Alto, es una zona más tranquila). En este barrio se encuentra la Catedral así como el Castillo de San Jorge.








Por último, en la rivera del Tajo, se ubica el Barrio de Belém, allí se encuentra el Monasterio de los Jerónimos, cuya construcción comenzó en 1501 y se tardó 70 años en terminarlo. Es el mejor ejemplo de lo que se ha denominado estilo manuelino, cuya inspiración proviene de los territorios visitados durante la era de los descubrimientos, estando también influido por el gótico y el estilo renacentista. Cerca del monasterio se encuentra la Torre de Belém.







No se puede pensar en ir a Portugal y no probar sus bacalaos!!!!!!

jueves, 19 de marzo de 2015

Évora, Portugal





Ciudad Alentejana, capital de distrito y sede de uno de los mayores ayuntamientos del país, Évora es una de las ciudades portuguesas más emplemáticas. Su bello centro histórico fue clasificado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, en un área de cerda de 105 hectáreas y cerca de 400 edificios, que es, por si solo, uno de los mejores motivos para visitar esta maravillosa ciudad Alentejana.

Évora es conocida por la importante presencia romana en la época de la ocupación de la península, Évora fue llamada Liberalitas Julia. Durante las invasiones bárbaras, Évora estuvo bajo el dominio visigótico en 715 d.C. la ciudad fue conquistada por los moros, habiendo sido reconquistada por Geraldo "sem pavor" en 1166, convirtiéndose durante la Edad Media en una de las más prósperas ciudades del reino, habiendo sido en 1551, fundada la universidad por los jesuitas, símbolo de la juventud y saber de esta emblemática ciudad.







Con toda esta rica historia, no faltan en el municipio de Évora lugares de visita para no perder, como su imponente Sé Catedral construida entre 1186 y 1204, o el conocido Templo Romano (popularmente llamado "Templo de Diana") construido entre el siglo I y III d.C., la iglesia de Sâo Francisco y su célebre Capilla de los huesos, totalmente revestida de osadas humanas, la bonita iglesia de los Lóios (siglo XV) o el Palacio de D. Manuel, con la interesante Galería de las Damas, parte de lo que queda del pazo del siglo XVI construido por la Dinastía de Avis que tanto influenció y adoró estos dominios.




Las cerca de 20 iglesias y monasterios de la ciudad denotan su importancia histórica y religiosa. Lugar bien central e imperdible es la famosa Plaza de Giraldo, con arcadas en estilo árabe y una fuente de fecha 1571, lugar de encuentro de todas las generaciones, con animación y espectáculos especiales.







Évora posee una excelente oferta artesanal, hostelera y de restauración, pudiéndose degustar verdaderas delicias típicas Alentejanas, en una ciudad que tradición, conjuga paz de espíritu, historia y animación como pocas.




Como siempre quedan en el tintero muchísimas fotos más y espero regresar en un futuro no muy lejano.