lunes, 29 de julio de 2013

Celos y Agravios





A finales de junio, mis hijas y yo para no perder las buenas costumbres fuimos al teatro Fígaro.
Nos gusta el teatro clásico, y no hay nada más clásico que la historia de Don Juan y Doña Inés.
La obra nos gustó mucho, hay dos cosas que quiero destacar, la primera es que la compañía que representaba la obra es cubana y estaban muy, muy bien y la segunda los originales trajes de época.
La compañía se llama Compañía Mephisto Teatro y su directora Liuba Cid realizó la versión y dirección de la obra.
El título original de la obra es "Donde hay agravios no hay celos" de Francisco de Rojas Zorrilla.
Esta obra fue estrenada en 1636 y publicada en 1645, fue una de las más representadas en vida del autor y una de las más imitadas tras su muerte y nos muestra la picaresca y el humor durante el siglo de oro.



Celos y agravios nos cuenta las andanzas del aristócrata Don Juan y su servil y torpe criado Sancho llegando a Madrid de noche. Buscan en la calle de Alcalá la casa de don Fernando de Rojas, con cuya hija, Doña Inés, se ha prometido el galán a través de un retrato. Sancho confiesa a su amo que por equivocación, el retrato que ha entregado a su joven prometida es el suyo y no el de su amo.




Del balcón de Doña Inés ven descolgarse a un desconocido, de inmediato, Don Juan sospecha de la infidelidad de Doña Inés y propone a su criado Sancho intercambiar las identidades ya que el equívoco del retrato facilitaría averiguar la verdad de los hechos. Se presentan así, Don Juan como criado y Sancho, como Don Juan.




Entre las paredes de la casa de Don Fernando se encuentran los personajes relevantes de un tempestuoso pasado que incluye la muerte violenta del hermano de Don Juan a manos de un desconocido, que resulta ser Don Lope, sobrino de Don Fernando, quién también pretende a Doña Inés, y que en el pasado estuvo también implicado en la fuga deshonrosa de Doña Ana, hermana de Don Juan.



Sancho, ahora en el rol de Don Juan, requiebra  a Doña Inés de manera grotesca. Pero la dama, por quien siente un extraño y sorprendente afecto es por el criado, o sea por el auténtico Don Juan. El agravio de Don Lope y Don Juan acaba en un duelo de espadas pero finalmente, dadas todas las explicaciones, se da por zanjada la situación y el agravio queda satisfecho.




Todos los personajes se ven inmersos en una confusión que termina por aclararse. Don Lope y Doña Ana concilian su amor. Doña Inés y Don Juan, ya descubierta su identidad, sellan su pacto de amor.






Las imágenes las he sacado de Google imágenes y son las que se usaron para la publicidad de la obra.
Dentro del teatro no su pueden hacer fotos.