Visita al Museo Sorolla

El otro día fui a conocer el Museo Sorolla, es un lugar precioso, la casa, el jardín de ensueño, todo.
Fui con Graciela, que vino de Argentina, a presentar en el Día del Libro, en Sama de Langreo (Asturias) su libro "Narciso Ibañez Menta: Esencialmente, un hombre de teatro". Casualmente hoy, 15 de mayo se cumplen 9 años del fallecimiento de éste gran actor.
Graciela es el mejor Cicerone para hacer una visita guiada al museo, es todo un lujo.
El otro día me decía: Le he ganado a Cristóbal Colón, porque éste es mi quinto viaje.

El museo es la casa que habitaba Joaquín Sorolla, quien la construyó entre los años 1910 y 1911. La vivienda tiene un gran salón, un comedor y una salita en la planta principal; también tiene tres salas con luz natural que eran los estudios donde Sorolla pintaba y con acceso directo desde el jardín. Y en la segunda planta tiene cuatro dormitorios.

Se mire por donde se mire es un remanso de paz.

La casa se convirtió en museo por iniciativa de la señora Clotilde García del Castillo, viuda de Sorolla, que en 1925 donó todos sus bienes al Estado Español.

El Museo Sorolla se inauguró el 11 de junio de 1932, y fue el primer Director el único hijo varón del matrimonio, por expreso deseo de la señora Clotilde. 

En 1941 Joaquín Sorolla hijo hace testamento legando al Estado. Estos fondos son propiedad de la Fundación Museo Sorolla.

En los jardines hay un árbol que se llama árbol del amor (porque tiene las hojas con forma de corazón) y fue plantado por Sorolla.

Joaquín Sorolla fue uno de los pintores españoles más prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas.

Me gusta mucho como pintaba Joaquín Sorolla, yo no soy experta en bellas artes, pero me maravilla como su pintura irradia luz. La manera de pintar el blanco, la ropa, el agua, la espuma que hace la ola, la luminosidad de un día de sol, incluso las sombras reflejadas.

Muchos de sus cuadros nos muestran los tranquilos, apacibles y largos días de verano.

Aquí se puede ver el árbol que plantó Joaquín Sorolla.

El cantarín sonido del agua de las distintas fuentes y el aroma de las flores, un lugar ideal para perderse.

Todas las fotos que he sacado dentro y fuera del museo son con permiso de la Fundación Sorolla, permiten sacar fotos pero no se puede usar el flash.

Hermoso recuerdo. Pienso volver próximamente.

Un saludo a mis compis y amigas.

Mary.