Los tiempos cambian, recuerdo que mi primer diccionario enciclopédico mi padre lo compró usado y a plazos. Y cada vez que escuchaba una palabra nueva, la anotaba en una hoja y la metía dentro del diccionario en la letra correspondiente.
Y ahora la Enciclopedia Británica pasará a ser una pieza de museo o para coleccionistas muy exquisitos.
Lo más importante es que toda la información que contiene la Enciclopedia Británica y que necesitamos seguirá estando, en otro formato, gracias a las nuevas tecnologias como Internet.
La Enciclopedia Británica, la más antigua del mundo en idioma inglés, ha anunciado el cierre de su edición en papel, 244 años después de que su primer ejemplar vio la luz en Edimburgo (Reino Unido), en 1768.
La compañía, que hoy tiene su sede en Chicago (Illinois, EE. UU.), anuncias que se centrará en su enciclopedia digital y en la elaboración de material para escuelas,, según adelantó el diario The New York Times en su edición digital.
La decisión es un intento de adaptarse a la creciente demanda de
contenidos digitales y, en particular, a la competencia de la popular Wikipedia, según explicó al diario el presidente de la compañía, Jorge Cauz.
Muchos se sentirán tristes y nostálgicos por ello, pero ahora tenemos una herramienta mejor.
"Es como un rito de iniciación en esta nueva era. Muchos se sentirán tristes y nostálgicos por ello, pero ahora tenemos una herramienta mejor. La página web está constantemente actualizada, es mucho más extensa y tiene contenidos multimedia", señaló Cauz.
Los pesados volúmenes de la Enciclopedia, con sus letras doradas en el
lomo, fueron habituales en muchos hogares británicos y estadounidenses desde mediados del siglo XX, cuando cientos de vendedores ambulantes los ofrecían de puerta en puerta. Hoy, sin embargo, la Enciclopedia es casi un objeto de lujo, con un precio de 1.395 dólares por la edición completa, y sus clientes más fieles son las embajadas y los coleccionistas, señala el rotativo.
La última edición de la Enciclopedia Británica será la de 2010, de 32 volúmenes, y de la que se han venido hasta ahora 8.000 paquetes, con alrededor de 4.000 aún aparcados en un almacén.
Solo el 1% de los ingresos de la compañía proceden hoy de la venta de enciclopedias impresas, frente al 85%
que se deduce de la venta de productos académicos para materias como
matemáticas, ciencias o inglés. El resto proviene de suscripciones a la
página web.
La Enciclopedia Británica se convirtió en 1994 en la primera del mundo en llegar a Internet,
y hoy, el acceso a su enciclopedia digital, que se actualiza cada 20
minutos, se consigue previo pago de una tasa de 70 dólares anuales.
Aunque algunos de sus artículos ya pueden consultarse de forma
gratuita en su portal, Cauz descarta que la compañía se plantee
trasladarse a un modelo gratuito.
Parte de esta información se ha recogido del periódico digital 20minutos.es (sección tecnología)
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